Esta acuarela presenta una escena de un puerto. Ambiente de suave iluminación y sombras. Un barco rojo con cabina azul es el punto focal, atracado junto a un muelle. Otros barcos son señalados en el fondo. El tiene tonos suaves y apagados, sugiriendo que podría ser temprano en la mañana. Los edificios y otras estructuras son apenas visibles en el fondo, dando sensación de profundidad a la pintura. Es una representación tranquila y atmosférica de la vida en el puerto.
Acuarela sobre papel.
Paisaje natural y sereno, representando dunas de arena con sombras e iluminaciones intrincadas que reflejan el amanecer. La presencia de plantas, hierbas y juncos, creciendo escasamente en las dunas, pintadas con trazos rápidos y expresivos, añade un toque de vida a la escena. El cielo, pintado con suaves tonos de azul y siena, sugiere la presencia del sol justo debajo del horizonte.
La atmósfera general de la pintura es de calma y reflexión, evocando sentimientos de soledad y paz. Es una invitación a la contemplación y al aprecio de la belleza sutil y tranquila de la naturaleza.
Reflejos de Igueldo: Un Viaje Lírico”, es una celebración de la belleza y la serenidad del monte Igueldo en San Sebastián, capturada a través de la lente de la acuarela y la poesía. La acuarela, con su representación detallada y matizada del monte, las estructuras arquitectónicas prominentes en su cima, y el paisaje circundante, sirve como un punto de partida para un viaje poético. Cada poema en el libreto se inspira en un aspecto de la pintura, creando una sinergia entre la palabra escrita y la imagen visual. Desde la vegetación densa del monte hasta las casas blancas incrustadas en su lado, cada detalle se explora y se celebra a través de la poesía. El resultado es un viaje lírico que refleja no solo la belleza física de Igueldo, sino también su espíritu y su esencia
En el monte de Igueldo, bajo el cielo azul,
donde las nubes danzan y el viento es un haiku.
Las casas blancas duermen, en el verde se esconden,
y en sus sueños, los reflejos del día responden.
El agua en calma abraza la belleza que ve,
un espejo de la vida, un lienzo de la fe.
El monte se eleva, orgulloso y fuerte,
una acuarela viva, un poema que se vierte.
Las hojas susurran historias al viento,
cada una un verso, un momento.
El monte Igueldo, en silencio, escucha,
un poema en cada brisa, una rima en cada rama.
Así, en este libreto, la poesía y la pintura se encuentran,
en el monte Igueldo, donde la belleza y la palabra se entrelazan.
La belleza y la fuerza del mar. Tonalidades de azul, blanco y marrón se mezclan para crear la impresión de olas que chocan contra las rocas o la costa. La pintura es abstracta en su naturaleza; los detalles se sugieren, dejando espacio para la interpretación. Tonos oscuros sugieren profundidad, áreas más claras la espuma y los reflejos de luz en la superficie del agua. Textura del papel de acuarela visible y parte de la obra.
Poema:
En el lienzo de la vida, el mar susurra,
con tonos de azul, blanco y marrón,pintando historias de olas que murmuran,en un baile eterno, sin dirección.Las olas chocan contra las rocas, fuertes,en un abrazo de espuma y sal,capturadas en acuarela, suerte,de poder plasmar su canto vital."Susurros del Mar", en cada trazo,nos habla del mar, su fuerza y su encanto,una obra que, con cada abrazo,nos sumerge en su mundo, en su canto.
El pasado 21 de Febrero la Asociación Artística de Gipuzkoa organizó un workshop con el gran maestro acuarelista Alvaro Castagnet. No me lo pensé dos veces, me pedía un día de vacaciones el trabajo y me apunté.
El plan se extendía mañana y tarde, con comida incluida con Alvaro.
Álvaro compartión con nosotros su vision del arte y de de la acuarela, algunas sugerencias para superar las limitaciones que todo artista encuentra en su camino hacia la expresión auténtica, más allá de técnicas y convencionalismos. Fuera la rigidez, viva la expresividad! Si una obra no transmite emociones no es arte.
Comparto la acuarela que pudimos pintar con él, en la sesión de tarde y alguna fotos del workshop.
Acuarela sobre papel
se alzan las Catedrales, majestuosas y fieles,
esculpidas por el mar, en un eterno duelo,
son testigos del tiempo, de historias y de mareas.
Las olas, como pinceles, dibujan en la arena,
el eco de las Catedrales, en sombras y en reflejos,
y la acuarela cobra vida, en tonos de azul y arena,
capturando la esencia de este lugar, en cada trazo y en cada reflejo.
Ecos de las Catedrales, resonando en el viento,
en la brisa marina, en el susurro de las olas,
una sinfonía de la naturaleza, un canto al firmamento,
una obra de arte en acuarela, que el corazón desborda.
‘Susurros de Invierno’ es una obra en acuarela que captura la serenidad de un paisaje invernal. Las casas y posiblemente un granero, están rodeadas de nieve, evocando una sensación de calma y quietud. Los árboles sin hojas, dispersos alrededor de los edificios, sugieren el frío del invierno. El cielo, con tonos claros, crea una atmósfera tranquila y fría. En primer plano, un cuerpo de agua, quizá helado, refleja los alrededores. La pintura utiliza tonos apagados para transmitir el frío del invierno. ‘Susurros de Invierno’ es una invitación a un viaje visual de descubrimiento y aprecio por la belleza y la serenidad del invierno.”
En el silencio de la nieve caída,
donde el invierno pinta su canción,yacen casas y árboles, en vida,bajo el manto blanco de la estación.Las luces se apagan, el día se retira,la noche despliega su frío manto,la luna en el cielo, como una lira,toca la melodía del encanto.Los árboles desnudos, en quietud,susurran historias al viento frío,el agua helada refleja la virtud,de un invierno que trae consigo el río.La belleza de la escena invernal,capturada en acuarela, es eterna,como un recuerdo, un sueño celestial,que en cada pincelada se gobierna.'Susurros de Invierno', en su esplendor,nos invita a apreciar la belleza,de un paisaje que, con su candor,nos regala momentos de pureza.
“‘Lluvia en el Kursaal’ es una acuarela que captura con la esencia de la Avenida Zurriola en San Sebastián bajo la lluvia. Esta pintura, con pincelado suelto y expresivo y su paleta de colores apagada dominada por marrones, grises y azules, evoca la atmósfera única de esta hermosa avenida, durante un día lluvioso. Las edificaciones a ambos lados de la calle, pintadas con un nivel de abstracción que se centra en las formas y tonos en lugar de los detalles arquitectónicos detallados, son un recordatorio de la rica historia y la evolución de la zona. Los postes de utilidad y las líneas añaden elementos verticales que contrastan con la orientación horizontal de los edificios y la calle. El cielo, pintado con amplias pinceladas de gris y marrón, sugiere un día nublado, añadiendo un toque de melancolía a la obra. ‘Lluvia en el Kursaal’ es un homenaje a San Sebastián y a su belleza arquitectónica.”
Acuarela sobre papel
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